Proyecto Arqueológico Haciendas de Nasca

Primer proyecto arqueológico en el Perú sobre la diáspora africana.

PAHN.

En 2009, el Proyecto Arqueológico Haciendas de Nasca (PAHN) se estableció como el primer proyecto arqueológico en el Perú que se enfoca en la cultura material de la población afrodescendiente. Fue diseñado para investigar el pasado de las haciendas de la región de Nasca y Palpa, haciendo posible una conexión entre el público académico y las comunidades descendientes.

Específicamente, investigamos la historia y arqueología de las ex-haciendas viñedos jesuitas de San Joseph de la Nasca (actualmente el pueblo de San José, Distrito de El Ingenio) y San Francisco Xavier de la Nasca (San Javier, Distrito de Changuillo), y todos sus antiguos anexos en la región.

Hasta la abolición de la esclavitud en el Perú en 1854, la mayoría de los trabajadores de estas haciendas eran afrodescendientes esclavizados.

 

Vino y aguardiente.

La Compañía de Jesús (jesuitas) adquirió sus primeras propiedades en Nasca en 1619 con el fin de apoyar financieramente a sus colegios en Cuzco y Lima, la capital virreinal del Perú. En 1767, los jesuitas fueron expulsados del Imperio Español y estos viñedos fueron expropiados por la Corona.

San Joseph y San Xavier se convirtieron en importantes productores de vino y aguardiente (pisco) para el virreinato, y en el momento de la expulsión de los jesuitas, eran los viñedos más grandes e importantes del Perú. Juntas, ambas haciendas contaban con una población esclavizada de 584 individuos.

Una hacienda se parecía mucho a un pequeño pueblo, centrada alrededor de una plaza abierta, flanqueada por una capilla, las dependencias del administrador, talleres, almacenes, viviendas de esclavos y las enfermerías.

Estos edificios de la hacienda fueron construidos con mano de obra esclava.

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Más información sobre las capillas jesuitas.

Diseñadas para impresionar.

En la actualidad, los pueblos de San José y San Javier destacan por las ruinas de sus grandes capillas barrocas construidas en las antiguas haciendas jesuitas entre 1740-1745. Estas iglesias fueron diseñadas para impresionar a la población esclavizada y dominar el paisaje de las haciendas.

Capilla jesuita del siglo XVIII de la Hacienda San Joseph de la Nasca

Capilla jesuita del siglo XVIII de la Hacienda San Francisco Xavier de la Nasca

Durante el período colonial, las capillas estaban decoradas con bellas muestras de arte colonial y sus santos fueron adornados con joyas, metales preciosos y finas vestimentas. Para los residentes esclavizados de las haciendas, muchos de los frisos de yeso de las capillas representaban una confluencia de tradiciones estéticas europeas y africanas, y algunas figuras hacen referencia explícita a la cosmovisión y espiritualidad de África Occidental.

 

Detalle de un friso en el exterior de la sacristía de las ruinas de la capilla jesuita del siglo XVIII en San José.

Detalle de un friso dentro de las ruinas de la capilla jesuita del siglo XVIII en San Javier.

 

Las estatuas de la Virgen y San José del siglo XVIII conservadas en la moderna capilla de la comunidad de San José.


Un acercamiento multidisciplinar al pasado.

El PAHN hace uso de documentos históricos ubicados en archivos junto con datos arqueológicos. Hemos excavado en contextos agroindustriales, espacios domésticos, hornos de cerámica y en una destilería con su aguardentera. Además de excavaciones, también utilizamos fotografías aéreas históricas, vehículos aéreos no tripulados (drones) y técnicas geofísicas – entre estas, el georradar, magnetometría y gradiometría, revelando muros enterrados y la alineación de edificios. En nuestro análisis de artefactos, tomamos en cuenta muchas líneas de evidencia, desde tiestos de cerámica hasta los restos de plantas y animales recuperados de los desechos de cocina.

Más información sobre el equipo de investigación del PAHN.

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